¿Quiénes somos?
De izquierda a derecha: Gloria posa como sobreviviente de la polio,
Alejandro captado en plena representación de un mandril famélico y el clon chino
de Carlos presume su sonrisa.
La fotografía fue tomada en un evento en vivo y, como se
La fotografía fue tomada en un evento en vivo y, como se
observa, Gloria lleva un paquete de bolsas para perro en caso de que la
cagáramos. Felizmente, no hubo necesidad de usarlas.
Gloria Delgado Inglada
Siempre he querido saber los porqués de todo, ¿cómo se formó el Universo? ¿qué hay más allá de lo que vemos en el cielo? ¿seremos una especie única y privilegiada? Decidí que la Astronomía era un buen lugar para buscar respuestas.
Estudié Ciencias Físicas en Madrid (Universidad Complutense de Madrid) y Canarias (Universidad de La Laguna), hice la maestría y el doctorado en Astrofísica en el INAOE (Puebla) y he realizado una estancia postdoctoral en el Instituto de Astronomía de la UNAM. También tengo un Máster en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pompeu Fabra (España).
Desde hace años estoy muy involucrada en la difusión de la ciencia, creo que es muy importante hacer llegar al público qué es lo que hacen los científicos y cómo lo hacen. La ciencia es divertida, interesante y tiene repercusiones muy importantes en nuestra vida diaria (y como mínimo, nos ayuda a ser más críticos y menos maleables).
Soy investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, editora del boletín de la Sociedad Astronómica de México y colaboro con varias revistas de divulgación científica. Puedes encontrar más información sobre mí en mi sitio web.
Carlos M. Storch
Tan pronto como tuve edad para caminar comenzamos una colección de insectos que más o menos ha sobrevivido al paso de los años, en cajas en ambas orillas del Atlántico.
El interés por el espacio llegó pocos años más tarde, marcado por eventos de toda índole, comenzando con el paso del cometa Halley, la tragedia del Challenger, el eclipse solar total de 1991, el impacto del Shoemaker-Levy sobre Júpiter...
Estudié Biología en la Universidad Veracruzana, traicionando mi tema de interés primordial y que mejor dominaba, la entomología, por la ficología y la microfotografía, seducido por la belleza de un grupo de algas de esqueleto silíceo: las diatomeas.
Considero que el pensamiento científico es un artículo inmaterial de primera necesidad para una sociedad sana.
Alejandro Voorduin
Mi mayor logro científico llegó a la edad de diez años cuando se me publicó en una revista de ciencias.
Bueno, algo así.
Está bien, lo acepto, estoy exagerando. La revista infantil de divulgación "Chispa" publicó una carta mía donde proponía el congelamiento de animales para su estudio futuro... acompañado de un dibujo de Popeye. No era precisamente Nature, pero me hizo sentir como el científico junior de mi salón de clases por una semana.
Siempre he sido lector de divulgación y hoy pienso que me hubiera gustado hacer una carrera de ciencias, cosa extraña si se toma en cuenta que mi desempeño académico fue consistentemente comparable al de un pedazo de carbón -en ese entonces nadie soñaba siquiera con la existencia del grafeno-. Imagino que el interés que tengo hoy por la ciencia se debe a que una gran parte de esa pequeña esfera de felicidad que tenía construída en casa estaba compuesta de una amplia colección de novelas de ciencia ficción -ese gran vehículo de divulgación- que mi padre hacía crecer porque notaba mi interés. Mis lecturas apasionadas de Asimov y Clarke, sobre todo, no me ayudaron a mejorar mis calificaciones durante mis años de estudiante, pero me dieron algo más valioso (y elemental en la ciencia, me parece): me enseñaron a ver el mundo con escepticismo al mismo tiempo que estimularon mi imaginación.
Estudié guión cinematográfico en el Centro de Capacitación Cinematográfica (C.C.C.) y he trabajado en la labor de divulgación para la facultad de Biología de la Universidad Veracruzana. Y hago un buen café turco.
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